viernes, 1 de agosto de 2014

¿Por qué no me gusta el yoga?

Imagen de Wikicommons por Jessmcintyre
Cada día más gente lo practica y disfruta de sus beneficios. Mis amistades me cuentan maravillas. No puedo entrar a Pinterest sin admirar las fotografías de las bellas posiciones o las mejoras que ha causado en la vida de muchos. Pero yo sigo sin querer hacer yoga.

Los beneficios del yoga parecen superar a los de cualquier otra actividad física: mejora la salud del sistema nervioso, la presión sanguínea, normaliza las funciones respiratoria, gastrointestinal, endocrina... aumenta la flexibilidad, mejora la postura y la coordinación. Mejora la calidad del sueño, el sistema inmunológico se fortalece y además ayuda a combatir la depresión. Nivela la glucosa, el sodio, el colesterol, etc. Entre otros.

El yoga está al alcance de todo el mundo. Se puede practicar en millones de lugares de fácil acceso, aprender por medio de los miles de videos en Internet y se requiere una inversión muy pequeña.

Debo de admitir que he tenido muchas ganas de practicar esta disciplina que parece curarlo todo. Sin embargo, soy católica. Y para nosotros, es inseparable el yoga del hinduismo. La parte espiritual del yoga es contradictoria a nuestros principios. No me gusta ser extremista ni moralizar las situaciones, pero quiero compartirles las razones por las cuales no quiero practicar yoga. Si les interesa, pueden visitar las fuentes de información para saber aún más.

La palabra "yoga" significa "unión" en sánscrito, la lengua del hinduismo. Y los cristianos no podemos practicarlo debido a que consiste en utilizar posturas físicas y ejercicios respiratorios diseñados para estimular la meditación y alterar el estado de la conciencia para alcanzar la "unión con una realidad superior". De hecho, el objetivo original del yoga es la "iluminación", una "vía de perfección" (de ocho pasos) a través del control de los "elementos físicos y psíquicos" de la persona que pretende el "nirvana" (extinción del sufrimiento) para alcanzar la "iluminación" (apertura del "tercer ojo") y la "unión con Dios".*

Nosotros creemos que la muerte de Jesús en la cruz nos salvó. Su dolor, nos inspira a sufrir por los demás. "Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos" Juan 15, 13. El dolor se ilumina por el amor. No es algo que debamos evitar.

Sorprendentemente, las técnicas de respiración no tienen nada que ver con lograr oxigenar nuestro cuerpo, sino con aspirar la "fuerza vital" o la energía del universo.

Quienes enseñan y practican el yoga suelen decir que no existe una conexión con ninguna religión. Pero la raíz del yoga muestra algo diferente: La "Iluminación" se lograría despertando a Shiva (deidad hindú) en forma de serpiente (kundalini), que se dice mora al final de la espina dorsal, con objeto de que ascienda desde ese punto por la columna vertebral y vaya "activando" uno a uno los seis o siete chakras (supuestos centros de energía ubicados a lo largo la espina dorsal), y así se una a su esposa Parvati (diosa "energía") que le espera en la cabeza. El enlace Shiva-Parvati abriría el "tercer ojo" a nivel psíquico. Este tercer ojo ha sido descrito como el ojo que al abrirse parcialmente, da poderes psíquicos. La apertura total llevaría al ser humano a ver lo que nuestros ojos no ven y a descubrir la divinidad que habita dentro de sí mismo, es decir, convierte al hombre en una deidad, en lugar de reconocerla fuera de él. Yo no puedo ser Dios, yo no soy creadora del mundo. Mis amigos tampoco pueden ser Dios, puesto que no dependo de ellos.

En su libro "Yoga ¡No!" Jaime Duarte cita a Gleghorn: “Al leer descripciones de este tipo sobre el kundalini, o el poder de la serpiente enroscada, un cristiano casi puede oír el siseo de “la serpiente antigua... [la cual engaña al mundo entero”. En Edén, aduló a nuestros primeros padres diciéndoles: “Seréis como Dios”]. Y, si bien el cristianismo y el yoga tienen conceptos muy diferentes de Dios, ¿no es esto, en esencia, lo que promete el yoga?"

Según catholic.net el Presbítero Alfonso Uribe Jaramillo considera: "El yoga puede ser instrumento válido para el hindú que busca con sinceridad la salvación (...) pero para el cristiano, es un camino erizado de peligros y, a la larga, si no lo aparta de Jesucristo, lo llevará a una gran confusión, pero no a la verdadera perfección cristiana".

¿Se puede practicar el yoga sin la parte espiritual? Conocí a un sacerdote que decía que habría que comenzar por dejar de llamarle yoga. Si se trata de deporte, entonces no hay que unirse a nada.

Hay alternativas cristianas para el yoga, como Praise Moves y WholyFit, que incorporan citas bíblicas en sus movimientos y tienen una base filosófica completamente contraria al vacío y la vulnerabilidad de la mente, enfocándose más bien en la alabanza a Dios por medio de movimientos que mejorarían la salud y la condición física. Pero yo lo que quiero es hacer ejercicio, fortalecer mi cuerpo sin tener que mezclar una religión o una filosofía en ello.

Mi solución hasta ahora ha sido encontrar algo muy parecido al yoga, que fortalece mi cuerpo, mejora mi flexibilidad, tiene amplios beneficios a la salud probados científicamente, es fácil de practicar y también contribuye a la relajación ¿pueden adivinar qué es?

Nota: Si entran a mis tableros de ejercicios en Pinterest (fuerza, flexibilidad, cardio, pilates...) es muy probable que encuentren pineadas mucho contenido de Yoga, no lo voy a negar. Me encanta la flexibilidad, y el yoga ayuda mucho en esto. Pero yo tomo solamente las posiciones para incorporarlas en mi rutina de ejercicios sin meditar, ni respirar, ni hacer una secuencia. Es simplemente acomodar mi cuerpo en una forma que bien puede pertenecer al yoga, como a la gimnasia, a los pilates o al ballet.

*Fuentes:
  • Religión en Libertad. (-). ¿Puede un cristiano practicar yoga como disciplina corporal?. 07/07/2014, de Catholic.net Sitio web: http://www.es.catholic.net/jovenes/435/1261/articulo.php?id=53781
  • Duarte, Jaime. (-). 15 Razones del por que el yoga es sumamente peligroso. 07/07/2014, de Catholic.net Sitio web: http://es.catholic.net/sectasapologeticayconversos/244/1518/articulo.php?id=41101
  • Duarte, Jaime. (2014). Yoga ¡No!. Naucalpan, Edo. de México: Centro de Investigaciones sobre la Nueva Era.

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