lunes, 25 de agosto de 2014

Mi desayuno


Muchos amigos me han preguntado qué desayuno, y si en realidad desayuno.

La verdad, soy fan del desayuno. Varias veces he dicho que es mi comida preferida del día. Y eso es porque descubrí un poco tarde lo bien que se siente desayunar bien. Cuando era pequeña sólo me tomaba un licuado antes de irme a la escuela, pero una vez en la universidad mi cuerpo me hizo darme cuenta de que necesitaba más combustible por las mañanas.

Fue cuando llegué a Francia que la primera familia con la que viví me hizo descubrir que el amor por el desayuno. Todas las mañanas había fruta, pan tostado con muchas variedades de mermelada, cereales, café y la adicción francesa: Nutella. Mucha azucar refinada tal vez, pero mi organismo notó la diferencia. No era precisamente un desayuno nutritivo, pero le empecé a dar a mi cuerpo más recursos para satisfacer sus demandas.

Ahí empezó mi búsqueda por el buen desayuno, aquél que me diera energía para toda la mañana y que mejorara mi salud y hasta mi estado de ánimo. Y voilà:

Mi desayuno actual consta de:

  • Una porción de fruta. Aquí es donde mi desayuno se puede volver diferente cada día, aunque por lo general elijo plátanos. La fruta es fuente de vitaminas, minerales, y muchas sustancias que necesita nuestro cuerpo. Pero lo que me gusta de la fruta es que, a diferencia del pan y de otras cosas con azúcar añadido, el azúcar que aporta nos permite tener energía por más tiempo, y es mucho menos dañina para el organismo. Además me gusta la teoría de evitar alimentos con pH ácido, aunque algunas frutas entran en ésta categoría, normalmente se trata de comida procesada. Creo firmemente que lo natural es lo mejor para fortalecer al cuerpo, y que cinco porciones de fruta al día marcan una gran diferencia para la salud tarde o temprano.
  • Un plato de avena con leche y azúcar mascabado. Aquí entran los carbohidratos, sin los cuales se comprometería mi actividad física. La avena cruda tiene muchas propiedades, entre mis favoritas, ayuda a reducir la fatiga y a combatir la depresión. Es buenísima para el corazón, pues ayuda a prevenir ataques, regula la presión arterial, baja el colesterol malo, y ayuda a regular el azúcar en la sangre. Contiene fibra, proteínas, calcio, hierro, magnesio, potasio, y una larga lista de cosas que no podría pronunciar.
  • Un jugo de fruta. Normalmente de naranja hecho en casa, o un licuado casero. En Francia adoraba los jugos y smoothies de Innocent.
Tras aproximadamente dos años de desayunar siempre lo mismo, me sigue encantando. Mucha gente recomienda variar todos los días para absorver diferentes nutrientes y no cansarse. Pero mi variación son las frutas, y todas las mañanas deseo el sabor de la avena. Obviamente no soy nutrióloga, así que mi desayuno es aún perfeccionable, pero espero que el compartir lo que yo hago los ayude a ustedes también en su búsqueda por el desayuno perfecto para ustedes.

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